Ya no existe el valor de uso

Ya no existe el valor de usoHay tantas mercancías (entre ellas eso que llaman "arte", el "arte" de los museos, de las galerías, de las exposiciones, arte muerto) que no cubren ya ninguna necesidad humana. La mercancía se ha independizado. La economía, no como sistema productivo, sino como sistema alienante, se ha impuesto.El papel de la organización revolucionaria consiste en destruir el sistema económico. Y ese papel no existe en las urnas ni en la burocracia, ni en ninguna organización ni vanguardia, sino en los brazos, en el juego, en la libertad, en todos nosotros.


Arte

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lunes, 18 de junio de 2012

Dinero llama a dinero y los pobres cada vez más pobres

Fotografía tomada de Público

Estaba yo en mi casa, bueno, en realidad es más del banco que mía, cuando, mira por donde, voy y recibo un mensaje a través del correo electrónico (los más ducho en esto del lenguaje informático dicen un correo o, ya en plan ducho total, hablan de un mail). El mencionado mensaje habla de cómo se pueden invertir euros sin apenas pagar al Fisco. Se trata de algo que se llama SICAV que, como todas las siglas, suena fatal.
Es uno de esos mensajes que alguien inicia, envía a dos amigas, estas a cuatro y, al final, lo recibo yo que, inocentemente, escribí mi dirección de correo electrónico en una lista reivindicativa de algo, o un amigo se la dio a otro, o… y por ahí anda perdida entre esas ondas misteriosas, expuesta a miradas indiscretas.
Dice el que inició el asunto, u otra persona que lo reenvió, si hubieran “subido la cotización de las SICAV un punto, es decir, al 2%, se hubiera recaudado varios miles de millones de euros, pero ni Zapatero estuvo, ni Rajoy está, por la labor…” A continuación incluye un artículo de Ana Burrieza, publicado el 13 de enero de 2012[i] con el título de “Pedro Almodóvar, Ana Rosa Quintana y Morientes sólo pagan el 1% de los impuestos”.
Explica el artículo que las SICAVs son un verdadero paraíso fiscal legal que para entrar en el sólo se necesita la cifra de 2.400.000 de euros. Que hay algunos progres cuyo dinerito anda metido en esas sociedades (las siglas responden a Sociedades de Inversión Colectiva de Capital Variable), que dichas sociedades no están controladas por la Agencia Tributaria sino sólo por la Comisión Nacional del Mercado. Y también que un tal Carlos Arenillas, cuando era vicepresidente de la Comisión (marido de la exministra del PSOE Mercedes Cabrera) frenó el intento de Hacienda para controlar a las SICAVs.
Y ahí termina el artículo de Ana Burrieza. Pero no el mensaje electrónico.
Según dicho mensaje algunos de los inversores en SICAVs son Emilio Botín, Amancio Ortega, Alicia Koplowitz, la familia fundadora de Ferrovial, Emiliano Revilla, Santiago Herrero León, el arquitecto Ricardo Bofill, Roberto Carlos, Fernando Hierro, Fernando Morientes, Iván de la Peña, José Luis Nuñez, algunos miembros de la Iglesia Católica, como Ángel Vallejo Balda (sacerdote y ecónomo de la diócesis de Astorga), la Orden de la Inmaculada Concepción, la Hijas de la Caridad, Los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios, etc. Dice el autor o autores del mensaje que en el libro de Daniel Montero, El Club de los pringaos, editado por La Esfera de los Libros, figuran éstos y muchos más. Según El Mundo“Las SICAV de los grandes patrimonios acumulan 23.304 millones de euros en 2011”[ii]
Como colofón al mensaje añade, en plan moralista-político: “¡Qué no se te ocurra ocultar unos cuantos cientos de euros en tu declaración de la renta, que si te pillan te crujen! Oculta, si los tienes, de millón para arriba y saca pecho… ¡A ver quien tiene glándulas de toserte!
Y yo estoy completamente de acuerdo.

Nota:
Las SICAVs son una especie de Sociedades Anónimas junto con Fondos de Inversión, pero que sus propietarios, que tienen que ser un grupo de 100 participantes, sólo deben de tributar el 1% en el impuesto de Sociedades. Y, además, se les permite diferir el pago. El dinero es invertido aquí y allí de manera especulativa, no crean nada, sólo especulan. Ya se sabe: ¡El capital financiero! ¡El capitalismo!

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