Fotografía tomada de Planeta Curioso
El
rey de España ha mostrado su solidaridad con los pescadores de Algeciras en la
reciente visita a este municipio: “Os apoyamos y trabajaremos por vosotros”
(ver El País). Claro que dentro de poco irá a Inglaterra. ¿Qué clase de
solidaridad mostrará allí?
Ante
tanta solidaridad se me ocurren una serie de preguntas:
¿Irá
el rey de España a visitar la cuenca minera y mostrar su solidaridad en
Asturias, León y otras comarcas mineras con los mineros que se quedan sin curro?
¿Irá el rey de España a mostrar su solidaridad a los mileuristas,
novecientoseuristas, nadaeuristas, parados, basureros que se van a quedar sin
trabajo por decisión de la Botella (¡Viva el botellón!)? ¿Irá el rey de España
a mostrar su solidaridad a los doctores que investigan en condiciones
miserables en España? ¿Irá el rey de España a visitar el mercadillo del El
Pozo, ese que visitan todos los domingos, porque allí pueden encontrar un kilo
de tomates a menos de un euro, las gentes normales de Madrid que no tienen
bugattis regalados por señores del petróleo y esas cosas? ¿Irá el rey de España
a visitar y mostrar su solidaridad a los alumnos de la ESO y Primaria cuyos padres salen a las siete
de la mañana para ir al trabajo y vuelven a casa a las ocho o nueve de la
noche? ¿Irá el rey de España a visitar a los profesores que dan clase en
condiciones miserables? ¿Irá el rey de España a mostrar su solidaridad a los
elefantitos jovencitos que se han quedado sin padre por culpa de unos cazadores
sin compasión por el mero hecho de divertirse? ¿Irá el rey de España a
solidarizarse con esos nueve de cada diez ciudadanos de los países del G20
(España entre ellos) que no apoyan las medidas de austeridad (ver Kaos en la Red)? ¿Irá el rey de España a solidarizarse con las rentas más débiles cuando
les hagan pagar las medicinas, algo que ya ocurre el Cataluña? ¿Se solidarizará
el rey de España con los desahuciados que, expulsados de sus casas, viven en la
calle?
Son
muchos viajes, ¿verdad? Muy cansado. No creo que vaya a tantos. Eso sí, ¡Gibraltar
español! ¡Viva la roja! (¡Jesús, qué nombre! Con lo bien que le iba el morado nazareno)
¡Viva el fútbol! Y mientras atontémonos un poco más, solidariamente, eso sí.
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