El resultado de las elecciones no es nada esperanzador. No lo digo por su correspondencia en escaños y en concejales, eso a mi no me importa, lo digo por ese minúsculo 33,77 % de abstención. Tengo en la memoria la participación en las últimas elecciones del 23 de enero de 2011 en Portugal, donde la abstención sobrepasó el 56 %. Con todo hay más de 11 millones de ciudadanos en el Estado español que no han ido a votar. Si tenemos en cuenta que el partido más votado, PPOSEIU, suma más de 16 millones de votos, para igualarlo habría que convencer a esos 5 millones de que participar en un sistema corrupto no sirve más que para acentuar dicha corrupción. Eso de que ahora le toca a una parte del partido, la del PP, gobernar autonomías y municipios, en un relevo consentido por el anterior equipo del mismo partido, el del PSOEIU, todo él con sus implicados en asuntos oscuros en sus listas, no es más que lo mismo. Nada va a cambiar.
Lástima que el Movimiento 15M no haya sabido, o no haya querido, animar a la no participación.
Lástima que el Movimiento 15M no haya sabido, o no haya querido, animar a la no participación.
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